Tras ocho años de ocupación en el área, los vecinos expresaron su gratitud a la gestión municipal por materializar este beneficio.
En un emotivo acto, el intendente Leonardo Stelatto otorgó permisos de ocupación a 17 familias residentes en un espacio verde del barrio Cruz del Sur. Acompañaron este significativo momento Luciana Scromeda, Coordinadora de Tierra y Hábitat y Martín Burgos, Delegado Municipal de Itaembé Guazú.
El logro fue alcanzado mediante la colaboración entre diversas Secretarías y organismos provinciales, demostrando el compromiso de la administración con la inclusión social y la regularización dominial.
La iniciativa se ejecutó a través del programa “Regulando mi propiedad”, creado durante la actual gestión municipal para abordar la irregularidad dominial y promover la reorganización social de las familias en terrenos fiscales, municipales o espacios verdes. Estos permisos de ocupación no solo legitiman la residencia de los vecinos, sino que también van acompañados de mejoras significativas en la calidad de vida. Desde la apertura de calles hasta servicios básicos, el proceso contribuye al desarrollo integral de la comunidad.
El protocolo de regularización comienza con un exhaustivo relevamiento en los barrios, seguido por la carga de datos en un sistema específico, dando origen al Registro Único de Ocupantes y Registro Único de Aspirantes. Este análisis permite identificar a quienes han ocupado continuamente un lugar durante más de 8 años, estableciendo así su derecho a la propiedad.
En casos de desafectación, se redacta una Ordenanza para cambiar el terreno de dominio público a privado. Posteriormente, se elabora un proyecto de fraccionamiento, que sirve como base para otorgar los Permisos de Ocupación como título precario, facilitando el acceso a servicios básicos mientras avanza el proceso de regularización definitiva.
Las relocalizaciones se llevan a cabo sólo cuando se verifica la ocupación de la vía pública, coordinando estrechamente entre el Municipio y la provincia. Este es un paso crucial para trasladar y reubicar a las familias en un nuevo destino.
En ambos casos, las familias beneficiarias asumen el pago por la porción de terreno que ocupan, consolidando así su apropiación legal de la manzana que ahora llaman hogar. Este enfoque no solo legaliza la situación, sino que también promueve un sentido de pertenencia y responsabilidad en la comunidad.
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