La Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM, recibió a expertos de diversos países en el Encuentro Internacional de Agricultura Sostenible y Construcción de Sistemas Agroalimentarios, que dejó aportes valiosos y la coincidencia de que «sin agroecología no hay soberanía alimentaria».
El ministro del Agro y la Producción, Facundo López Sartori -su organismo fue el impulsor- abrió la jornada junto al Decano de Humanidades, Cristian Garrido, entre otras autoridades; además del dirigente provincial del Movimiento Evita Misiones y de Tierra, Techo y Trabajo, Martín Sereno -a quién Sartori agradeció públicamente por la idea e iniciativa del encuentro- el ex presidente del Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, Miguel Ángel Gómez, y el ex coordinador del Inaes Misiones, Jorge Páez, quién ofició como uno de los presentadores de las exposiciones.
Se abordaron temas fundamentales que conducen hacia el camino de la Soberanía Alimentaria y el Buen Vivir, con la solvencia de ejemplos de modelos de agricultura sostenible, que actúan como inspiración y guía para futuras iniciativas, y permitió enriquecer la discusión desde diferentes perspectivas, en las que se tomaron aspectos agroecológicos, sociales, económicos y culturales relacionados con la producción agropecuaria.
Disertaron el titular de la Sociedad Argentina de Agroecología y profesor de la Universidad de La Plata, Santiago Sarandón; el ministro de Desarrollo Agrario de Provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez; la referente de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Agricultura Popular (Utep) Rama Agraria, doctora Carolina Cordero; la ingeniera agrónoma de la FAO, María Julia Cabello.
Por la Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología (Renama), habló Eduardo Cerdá; el ingeniero Pablo Rush, de la Secretaría de Extensión de Facultad de Agronomía de la UBA, y la titular de Ambiente de la Gobernación de Itapúa, Paraguay, Verónica, Berestovoy. Enviaron sus saludos, el ministro de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar de Brasil, Cassio Murillo Trovatto; la secretaria de Ambiente, y el director del Instituto de Desarrollo Agropecuario de Chile, Sebastián Acosta.
Transformar sistema de producción de alimentos
Los disertantes de Agronomía de las Universidades de Buenos Aires y de La Plata, resaltaron la importancia de involucrar a las comunidades locales en el diseño y ejecución de políticas agrícolas, reconociendo su papel central en la construcción de sistemas agroalimentarios resilientes y equitativos.
Hicieron hincapié en la necesidad de adoptar enfoques holísticos que consideren tanto la productividad agrícola como la preservación del medio ambiente, garantizando que las prácticas agrícolas sean socialmente justas, económicamente viables y ambientalmente sostenibles.
El Encuentro Internacional proporcionó un gran espacio para reflexionar, debatir y colaborar en la búsqueda de soluciones innovadoras que acerquen a la sociedad un sistema agroalimentario más justo y saludable. «Estamos dando un paso importante hacia un futuro alimentario más prometedor y equitativo», enfatizaron.
Las y los expositores coincidieron en que «no es necesario la utilización de venenos para producir alimentos», la agroecología es una alternativa posible y cierta, así como la riqueza que se genera en el vínculo entre productores y consumidores que cada vez crece más, y promueve espacios de comercialización.
«No hay ningún trabajo científico que diga que no es posible producir sin agroquímicos. No conozco que haya artículos que lo afirmen, y desafío a que me lo demuestren. Sin embargo hay muchos ejemplos de que se puede sembrar alimentos sanos y sin plaguicidas, y eso significa que el productor debe ser menos tolerante con prácticas negativas para el ambiente y la biodiversidad. No es fácil; pero creo que debemos ir por ese camino porque la agroecología es la respuesta hacia una vida más saludable», aseveró el profesor Santiago Sarandón.
Confrontación de dos modelos productivos
Luego del cierre, la referente de la Utep Rama Agraria, Carolina Cordero,hizo una evaluación del Encuentro Internacional, y resaltó la articulación que se logró entre ciencia, academia, organismos de cooperación internacional, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil.
Ponderó las coincidencias en los planteos, desde diferentes enfoques, y todos en el sentido de lograr transformaciones para una alimentación sana y el cuidado de «nuestra casa común», con la confrontación de dos modelos productivos: la agricultura promovida por las grandes corporaciones, con incorporación de agroquímicos en la producción, que genera dependencia de ese paquete a familias productoras, y utiliza los recursos naturales sin cuidarlos ni re-alimentarlos, y cada vez genera mayores problemas en la producción.
«Ese es un modelo netamente extractivista. Y por otro lado tenemos la agroecología que busca sistemas de producción naturales que vemos en bosques y selvas, produciendo y retroalimentando al sistema productivo que nos brinda sus frutos», expresó.
Para la dirigente, la transformación hacia modelos de producción agroecológicos de alimentos sanos, será posible si las comunidades indígenas campesinas, asociaciones, sindicatos y cooperativas unen voluntades y compromiso para avanzar en ese camino.
«Sembrar conciencia en nuestro pueblo»
«Las comunidades solas podrán lograr algunos avances; pero es central y necesario el rol que debe jugar el Estado acompañando con legislaciones y con una participación activa, facilitando el acceso a la formación, el asesoramiento técnico, a los insumos productivos y herramientas, el crédito específico, la comercialización de los productos agroecológicos y el acceso de la población a los alimentos sanos. Sólo con acciones en común lograremos transformaciones genuinas en el corto plazo», afirmó Carolina Cordero.
Consideró que es importante la tarea territorial de difusión y de formación para superar la desinformación, los preconceptos, prejuicios y temores, muchas veces provocados, sobre los sistemas de producción agroecológicos.
Instó a «sembrar conciencia en nuestro pueblo que merece alimentarse bien, a costos accesibles y sin depredar los recursos naturales. Es necesaria una agricultura no sólo libre de tóxicos y venenos, que sea respetuosa y conviva con el ambiente y colabore a frenar el cambio climático, sino que también debe ser eficiente, rentable, accesible, y en definitiva, que supere a sistemas de producción convencionales, y que represente integralmente un avance no sólo para los agricultores, sino para el conjunto de la sociedad.
«La agroecología no significa volver a trabajos esclavizantes y de autoexplotación de las familias agricultoras, sino que se traduce en una actividad digna, con manejo eficiente de los recursos, incorporación de tecnología, y espacios productivos que no provoquen daños en la salud», dijo la médica y referente de la Utep Agraria.
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